Procesión Virgen del Carmen Torre del Mar

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Procesión Marítimo-Terrestre de Ntra. Sra. del Carmen de Torre del Mar

Declarada Fiesta de Singularidad Turística Provincial de Málaga en el 2009

El 16 de Marzo del 2021 es declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía

La Procesión anual es uno de los actos de culto más importante que realiza la Hermandad. La procesión de Nuestra Sagrada Titular es una solemne rogativa en la que los hermanos recorren el itinerario procesional establecido para estimular la devoción de los fieles, conmemorar los beneficios de Dios, darle gracias por ellos e implorar el auxilio divino. Conforme a la tradición, cada 26 de julio, festividad de Santa Ana, la Santísima Virgen del Carmen de Torre del Mar surca las calles de su Pueblo en triunfal procesión de alabanza donde año tras año queda en manifiesto la simbiosis natural existente entre nuestro Pueblo y su Patrona.

A las 18:30h comienza la celebración de la Eucaristía previa a la salida procesional, oficiada por nuestro Director Espiritual y párroco de San Andrés Apóstol, en la cual participa el Coro de nuestra Hermandad. Tras la acción de gracias y el canto de la Salve, los mayordomos organizan el cortejo procesional en el interior del templo.

Lo abre la Cruz Parroquial escoltada por dos faroles, la Banda de Cornetas y Tambores «La Estrella» de Málaga y una amplia sección de niños portando farolillos. A ellos les sigue el Estandarte con el retrato de la Virgen acompañado por multitud de devotos ataviados todos con la indumentaria típica de marengos. Hermanas portando remos, una amplia representación de las autoridades civiles y militares: Corporación Municipal, Policía Local y Nacional, Guardia Civil, Capitanía Marítima y Liga Naval de Málaga, así como representación de Hermandades y Cofradías hermanas, de Pasión y Gloria, tanto de Torre del Mar como de Vélez-Málaga. Las Camareras de la Santísima Virgen y los componentes de la Junta de Gobierno acompañan a la Bandera Concepcionista, al Libro de Reglas y al Guion Corporativo de la hermandad, seguidos por el Hermano Mayor y el Párroco. Los monaguillos, delante del trono, se encargan de elevar densas columnas de incienso purificador al paso de la Señora.

Alrededor de las 19:00h cuando, entre el repique de las campanas, los vítores del numeroso público que allí se congrega y los acordes de la Marcha Real enlazada con la Salve Marinera, la Santísima Virgen del Carmen sale de su templo. Luce con una olorosa biznaga en su mano derecha, su halo de procesión y su juego de escapularios marrones bordados en oro. El Niño Jesús, en brazos de su madre, juguetea con su barquita de plata al tiempo que bendece al pueblo con su diestra. Rosas blancas, orquídeas y nardos en las esquinas componen el exorno floral: un auténtico jardín para la más bella Flor.

Por el itinerario habitual, bajo un sol de justicia y en loor de multitudes, la Santísima Virgen inicia su recorrido procesional. Las calles de nuestro pueblo lucen sus mejores galas para el día grande de Torre del Mar, es por ello que los componentes del grupo joven de la Hermandad se afanan en decorar con flores de papel, reposteros, guirnaldas y banderolas toda calle por donde procesione la Santísima Virgen. Con una muy cuidada y elaborada cruceta de ambas de las bandas, que ni un segundo paran de rezar a la Virgen con sus acordes, magistralmente interpretan las dignísimas piezas musicales que acompañan a la Santísima Virgen a lo largo de todo su recorrido. Con la llegada de la procesión a la Calle del Mar, la calle señorial de nuestro pueblo y punto emblemático para esta Hermandad, desde uno de sus balcones, Mª. Carmen Guerra cada año ofrece una plegaria a su Madre del Carmen. Tras el canto de la Salve y una maniobra perfecta por parte de portadores y Jefes de Trono, la Santísima Virgen gira hacia Acera de la Marina dirigiéndose hacia la doble curva de Calle San Andrés con una mecida lenta y acompasada, medida justa en el espacio y el tiempo al son de la música.

Las Barracas de Poniente, el viejo barrio de pescadores, espera a su Patrona como solo sus vecinos saben hacerlo: colgaduras con el retrato de la Virgen, banderas, colchas, sábanas y mantones cubren ventanas y balcones mientras que de las paredes, expresamente encaladas, cuelgan redes, trallas y demás utensilios de pesca. Las ventanas se convierten en capillas improvisadas a la luz de las velas y, en las estrechas aceras, la multitud se agolpa expectante. En ningún momento, por ninguna estas calles, dejan de llover los pétalos y sonar los vivas. Señoras emocionadas se santiguan al paso de la Virgen, que visita los diferentes altares que en su honor se instalan. Fervor y devoción carmelita a raudales, derroche de amor a borbotones. Espectacular la curva de Calle Jábega y el paso por Calle Nueva, ya con el cielo oscurecido.

Entre una auténtica marea humana, el trono enfila el Paseo Marítimo. En el embarcadero vuelve a sonar la Salve. Pocos minutos antes de las 23:00h y ya montada en su jábega, la Virgen del Carmen zarpa para bendecir las aguas de su bahía. De vuelta, con los pies en tierra firme, la espera un espectacular castillo de fuegos artificiales. Vuelta por el Paseo Marítimo y despedida de la mar, mirando hacia la playa y cantando la Salve Marinera. El regreso por el Paseo de Larios inolvidable, bajo el palio natural de los árboles. En la puerta de la iglesia todo el pueblo espera a la Señora para vivir el encierro: mirando a sus Hijos y con el repique de las campanas, entra en su templo. En su interior, y con la dulce mecida de sus portadores, se entona por última vez la Salve. Con lágrimas en los ojos por el fin inevitable de lo recién vivido, alrededor de la 01:30h de la madrugada, el trono es bajado.

Apoteosis, verdadera manifestación de fe popular hacia la Virgen del Carmen por parte de un pueblo que la ama profundamente y que espera verla pronto, si Dios quiere, CORONADA como lo que es, la REINA Y SEÑORA de Torre del Mar.

¡¡VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN!!

La indumentaria procesional:

En el Capítulo III, Regla 17ª de los vigentes estatutos:

Los hermanos que participen en la procesión habrán de hacerlo con el hábito de la Hermandad, que se compone de camisa blanca remangada dos vueltas en la bocamanga, pantalón/falda azul marino, faja roja y medalla y/o escapulario.
Los horquilleros que portan el trono llevarán camisa blanca, pantalón azul marino, faja roja, medalla y escapulario. Deben ir preferentemente descalzos o, en su caso, calzar unas alpargatas blancas o azul marino.